El manjar milenario contribuye al desarrollo económico de las comunidades rurales.
El nopales una planta cactácea originaria de México, presente en el escudo de la bandera nacional, además de ser un elemento esencial en el mito de la fundación de la gran Tenochtitlan.
Conocido por ser un alimento milenario en la cocina mexicana, el nopal posee un gran potencial en la economía nacional, con una producción nacional superior a las 812 mil toneladas; por ello; es objeto actual de estudios y proyectos de varios tipos además de su impulso nacional. La clave de maximizar los resultados está en enseñarle a la gente a procesar diferentes tipos de hortalizas que se cultivan en la región.
Como ejemplo tenemos el programa en la frontera de Sonora, donde el objeto es el nopal y donde se busca mejorar su producción y darle valor agregado, mediante la generación de productos diversos. En el municipio de San Luis Río Colorado se capacitan a familias de comunidades rurales sobre cómo sacarle mayor provecho.
El programa tiene como finalidad mostrarles a las familias cómo darle valor agregado a los productos del campo, tales como hortalizas, frutas y verduras, producidas en sus huertos y especialmente a los nopales. Se les enseña a elaborar alimentos para luego comercializarlos y hacerse de recursos económicos extras; el plan incluye cursos para el proceso de nopal en diferentes formas y metodologías que van desde hacer tortillas de harina a base de nopal, miel, conservas y mermeladas.
El programa trata de enseñar técnicas de preparación e industrialización muy sencillas que permiten otorgar valor agregado a los productos con la oportunidad de que a futuro genere ingresos adicionales que si solo vendieran sus productos sin procesar. Además, una variante de los módulos de capacitación es acceder a mejores producciones en sus huertos, creación de productos alternativos, como los nopales pequeños que pueden servir para ornamento urbano.
La diversidad de usos del nopal permitirá también generar domésticos con plantas endémicas del desierto, debido a su bajo consumo de agua, un recurso de especial cuidado en Sonora.
Por otro lado y hablando del legado del nopal a nivel histórico, la planta es considerada como parte importante de la flora y riqueza ecológica de México y es protagonista de la cultura popular, la gastronomía y la medicina tradicional. En el estudio “Diversidad de los nopales silvestres mexicanos” de la UNAM (2007) reconoce 93 especies silvestres de nopales del género Opuntia y 8 del género Nopalea.
La SAGARPA en un comunicado de septiembre de 2016 expresó que la producción anual de nopal es superior a las 812 mil toneladas. De este total, el 90 por ciento se concentra en el centro de la República, y el estado de Morelos destaca como el máximo generador de tonelaje. Para su comercialización además del consumo nacional tiene como destino principal la exportación a los Estados Unidos.
La tuna y xoconostle son sus frutos primarios aunque el nopal en si es reconocido como un manjar de la gastronomía mexicana tradicional. El nopal puede prepararse en diversas formas que van desde ser hervido, asado, en polvo, en guisos, sopas, ensaladas, jugos y dulces; destacando que al ser consumido tiene beneficios a la salud por su alto nivel de nutrientes.
Además de su uso culinario, los aztecas usaban el nopal como recurso medicinal debido a sus múltiples ventajas curativas que les brindaba y que siguen hoy en día aprovechándose. Las partes vegetativas de esta especie se usan para prevenir el cáncer, colesterol, diabetes, fiebre, deshidratación, obesidad, ataques cardíacos, entre otros malestares.
La baba de nopal sigue conservando su uso tradicional como fijador natural para la elaboración de construcciones de barro.
