Conceptos básicos para comprender el concepto del suelo.
El suelo es la capa más externa de la corteza terrestre cuya formación se debe a la alteración de las rocas superficiales debido a la acción del clima como la erosión por agua, el hielo o el viento; por la disolución de elementos químicos presentes en las rocas y por acción de seres vivos (plantas y microorganismos).
La formación del suelo es sumamente lenta, de allí que sea considerado un recurso no renovable, puesto que su pérdida y degradación no son renovables en el transcurso de una vida humana.
De acuerdo a la muestra media, el suelo está compuesto por un 45% de minerales, un 25% de agua, 25% de aire y 5% de materia orgánica; toda esta mezcla influye en la calidad del suelo.
La textura característica de cada tipo de suelo depende directamente de las diferentes partículas minerales según el tipo de roca; puede ser fina, gruesa, migajosa, pegajosa o rugosa debido a la cantidad de limo, arcilla o arena que tenga. La parte mineral es gran responsable del pH, ácido o básico.
El humus es la materia orgánica del suelo que se forma por materia orgánica en descomposición y es el componente clave en la fertilidad del suelo.
La estructura del suelo se origina a partir de las diferentes uniones de partículas según su composición. Una buena estructura permite la circulación del aire y a la vez son capaces de retener el agua eficientemente y a los nutrientes.